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Egipto y el Mediterráneo: Un viaje por la historia antigua y las pirámides imponentes

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El antiguo Egipto fue una de las primeras grandes civilizaciones de la historia conocida de la humanidad. Según las fuentes encontradas, el inicio de esta civilización tuvo lugar alrededor del milenio VI a.C., en el periodo prehistórico del Neolítico y se asentó en las orillas del río Nilo. En un principio, entre el 5500 a.C y el 3.300 a.C., Egipto estaba dividido en dos: El Alto y el Bajo, pero en torno al año 3.050 ya estaba unificado como imperio con el rey Narmer, el primer monarca que vio estas tierras. 

El imperio egipcio floreció y generó un modo de vida muy característico, así como una cosmovisión muy definida en torno al mundo de los difuntos y de los dioses y una religión muy arraigada. De hecho, la expresión artística se relacionaba, sobre todo con el más allá, por lo que la mayor parte de las muestras de arte que se conservan en la actualidad están relacionadas con lo funerario. Seguramente hayas visto en más de una ocasión las pirámides de Egipto, hipogeos y templos, en fotos, en vídeos de viajes y en películas de aventuras. 

Egipto tiene mucho que ofrecer, ya que es, sin lugar a dudas, uno de los puntos clave que han sido cuna de la civilización occidental tal y como la conocemos. De hecho, gran parte del legado de su cultura, tanto a nivel religioso como artístico como de modo de vida, pasó a las civilizaciones antiguas que florecieron con posterioridad, como Grecia y Roma, grandes civilizaciones a las que la cultura occidental actual debe mucho. Por ello, disfrutar de Egipto con un crucero es una de las mejores oportunidades que se pueden presentar en la vida y que, sin duda, debes disfrutar a lo grande. 

¿Qué caracteriza al arte egipcio?

Como hemos comentado anteriormente, el arte egipcio antiguo está dedicado eminentemente al más allá, por lo que, entre sus características principales, podemos decir que es religioso y funerario. De hecho, lo primero que debes saber es que las pirámides se tratan de tumbas monumentales dedicadas a los faraones más poderosos e importantes que gobernaron las tierras de Egipto a lo largo de sus casi 3.000 años de historia como imperio. 

Por ello, es importante entender que los egipcios creían que las imágenes eran sagradas y, por ello, las pinturas y los símbolos con los que decoraron las paredes del interior de las pirámides, así como los tesoros con los que enterraban a los faraones, servían para una vida en el más allá. También por este motivo, construyeron templos dedicados a multitud de deidades, como Amón, Ra, Horus, Sobek, Hathor y Atón, entre otros. Las reglas del arte egipcio de la Antigüedad se mantuvieron prácticamente intactas a lo largo de los 3.000 años de historia del Imperio. 

Las pinturas de este arte no buscaban el naturalismo, el realismo, ni tampoco la profundidad ni la tridimensionalidad, sino que optaron por la perspectiva jerárquica dependiendo de la importancia social y política de la persona representada. Los dibujos estaban representados con formas estilizadoas y simplificadas con los contornos bien definidos y repletos de color. 

Las figuras prácticamente siempre se representan de perfil, aunque con los dos hombros a la vista. Del mismo modo, las esculturas se caracterizan por su hieratismo y por su aspecto especialmente rígido y se acompañaban de jeroglíficos que aclaraban el significado de las imágenes representadas. Por ello, en un crucero a Egipto, es importante que tengas estos datos en cuenta para poder disfrutar mucho más del viaje. 

¿Qué puedes ver en un crucero por Egipto?

Si estás pensando en visitar Egipto con un crucero, a continuación te vamos a mostrar los principales lugares de interés que puedes encontrar para descubrir esta fascinante civilización. En todos los puntos podrás empaparte de la magnífica historia de esta región y disfrutar de las ruinas que el paso del tiempo nos ha legado hasta la actualidad. 

Los templos de Luxor y de Karnak

Se sitúan en la parte alta del país, siguiendo el río Nilo. El templo de Luxor, por ejemplo, está dedicado al dios Amón y fue construido bajo los reinados de Amenhotep III y de Ramsés II y una muestra de la historia del Nuevo Imperio Egipcio. En la entrada, podemos ver dos pilonos con estatuas sedentes de Ramsés II y uno de los dos grandes obeliscos que flanqueaban la entrada al mismo. Dispone de una sala hipóstila que se abre a un gran patio cuadrado que está rodeado de hasta 64 columnas papiriformes (unas de las columnas con la forma más típica del Imperio Egipcio, junto con las lotiformes).

En cuanto al templo de Karnak, podemos decir que también está dedicado al dios Amón y es uno de los complejos religiosos más grandes de la Antigüedad y, aunque quedó inacabado, fue construido a lo largo de varias generaciones de faraones, entre las que podemos encontrar a Intef II, Tutmosis I, la reina Hatshepsut, Tutmosis III, Seti I y Ramsés II. 

Es reconocible por su gran número de propileos, por sus obeliscos y por estar rodeado de un gran muro de doce metros de altura. En el interior del mismo, puedes encontrar otros templos dedicados a otros dioses, como Montu, Mut, Jonsu, Opet y Ptah. Del mismo modo, no te puedes perder la visita a su sala hipóstila con columnas papiriformes, que incluyen relieves y bajorrelieves de una gran calidad artística. Asimismo, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es, por lo tanto, un lugar que no te puedes perder en los cruceros por Egipto. 

El Valle de los Reyes (y de las Reinas)

Se trata de una necrópolis que se encuentra en la orilla opuesta a donde se hallan los templos de Luxor y de Karnak. Aquí se enterraron una gran cantidad de faraones de distintas épocas durante el Nuevo Imperio Egipcio. Si vas a viajar en un crucero por Egipto, probablemente, la visita también se incluya en la excursión de ese mismo día. 

Sin embargo, debes tener en cuenta que no siempre encontrarás las mismas tumbas abiertas, es habitual, encontrar abiertas 8 tumbas de visita regular y 3 más de visita especial. Debes tenerlo en cuenta a la hora de comprar la entrada. Así pues, puedes visitar las tumbas de Ramsés I, de la reina Hatshepsut, de Ramsés III y de Seti II, entre otras. 

Los templos de Abú Simbel

Se encuentran en Asuán, frente al lago Nasser y son dos templos de gran importancia que fueron rescatados de la zona del lago tras la creación de la polémica presa de Asuán, en 1960, que inundó toda la zona donde se encontraban estos templos. Egipto, en compensación por prestar ayuda para el rescate de estos templos, regaló a España el pequeño templo de Debod, que podemos encontrar en Madrid. 

En cuestión, los dos templos de Abú Simbel están dedicados al faraón Ramsés II y su consorte, la reina Nefertari. En el templo de Ramsés II, encontramos cuatro estatuas monumentales sedentes del emperador flanqueando la puerta. Al lado de estas, aparecen unas pequeñas estatuas de la madre del faraón, otra de Nefertari y otras más de sus hijos. 

Este templo es también conocido porque dos veces al año, el 22 de febrero y el 22 de octubre, el sol incide a lo largo de todo el templo y se iluminan las estatuas de Ra, Horus y de Ramsés divinizado, dejando en sombras a la de Ptah, el dios de la oscuridad. 

En cuanto al templo de Nefertari, también podemos decir que es bastante relevante por una excepción relacionada con el arte egipcio. Hemos dicho que era un arte que representaba las figuras en perspectiva jerárquica, por lo que, normalmente, el faraón debe ser la figura de mayor tamaño. Ahora bien, en la enbtrada a este templo, aparecen las estatuas de Ramsés II y de Nefertari representadas con el mismo tamaño, rompiendo la tradición. 

La Necrópolis de Gizeh

El Cairo es, sin lugar a dudas, otro de los lugares de mayor importancia que ver en un crucero por Egipto, ya que allí encontrarás las pirámides más importantes -y de mayor tamaño- de toda la historia del Imperio Egipcio Antiguo: las de Keops, Kefrén y de Micerinos. Asimismo, podrás encontrar la famosa Gran Esfinge -que, según se cree, podría representar al faraón Kefrén- y una gran cantidad de templos funerarios, pirámides de menor tamaño, mastabas y tumbas hipogeos. 

La Gran Pirámide de Giza es la de Keops y se trata de la de mayor tamaño de toda la historia del Imperio Egipcio, como hemos comentado antes. Está fechada hacia el 2.600 a.C y fue el edificio más alto del mundo durante unos 3.800 años, hasta que se construyó la catedral de Lincoln, en el Reino Unido. En la actualidad, cuenta con, nada más y nada menos que con unos 139 metros de altura y es la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que perdura en la actualidad. 

La pirámide de Jafra o Kefrén -el hijo de Keops- es otra de las más grandes de la historia, y no se queda muy atrás, con sus casi 137 metros de altura, lo que resulta impresionante para visitar en un crucero por Egipto. La pirámide de Micerino o Micerinos es otra de las mayores, aunque es más pequeña que las otras dos, con sus más de 60 metros de altura y su aspecto escalonado. El gran tamaño de estas pirámides se entiende porque los antiguos egipcios creían que era una especie de “escalera al más allá”, y que les permitía a los faraones entrar en contacto con los dioses. No tenemos duda de que disfrutarás de este viaje en crucero por Egipto. 

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