Salónica, la segunda ciudad más grande de Grecia y la capital de la periferia de Macedonia Central, es uno de los destinos más sorprendentes para aquellas personas que quieren descubrir el Mediterráneo Oriental en un crucero. Gracias a que cuenta con una historia que abarca más de dos milenios y un carácter animado y cosmopolita, se ha convertido en una escala cada vez más apreciada por los cruceristas que recorren la región del mar Egeo.
A pesar de que muchos barcos solo hacen una parada de unas pocas horas, esta ciudad ofrece suficientes puntos de interés turístico como para conquistar a cualquier viajero en ese breve lapso de tiempo. Situada a orillas del golfo Termaico y rodeada de colinas, Salónica ha sido testigo de la presencia romana, bizantina y otomana, algo que se refleja claramente en su arquitectura, sus monumentos y en su ambiente.
Hoy en día es una ciudad viva, universitaria, diversa y hospitalaria, que ofrece una experiencia muy completa cuando la visitamos a pie, ya que no hay necesidad de realizar grandes desplazamientos para descubrir sus maravillas. Si te planificas bien o incluso si improvisas durante una excursión a tierra, es posible empaparse de su historia, disfrutar de su gastronomía y hasta disfrutar del atardecer en uno de sus múltiples miradores. ¡Todo ello en una única escala de crucero!
Monumentos imprescindibles que ver cerca del puerto
Una de las grandes ventajas de Salónica es que el puerto de cruceros está a muy poca distancia del centro histórico. En cuestión de minutos caminando, te encontrarás en pleno corazón de la ciudad, donde se concentran varios de sus monumentos más emblemáticos. La Torre Blanca es, sin duda, el punto de partida ideal para disfrutar de su patrimonio. Esta estructura defensiva del siglo XV, que fue construida por los otomanos, se alza junto al paseo marítimo como emblema de la ciudad. Desde su terraza superior podrás disfrutar de una de las mejores vistas del golfo y del entramado urbano y disfrutar de la puesta de sol.
A pocas calles de allí, el visitante se encuentra con la iglesia de Agios Dimitrios, dedicada al patrón de la ciudad. Esta iglesia bizantina, que ha sido reconstruida en varias ocasiones, conserva una atmósfera de espiritualidad que suele sorprender. En su cripta se dice que fue martirizado San Demetrio, y sus frescos y mosaicos hacen que merezca la pena una visita con calma. Muy cerca, el Arco de Galerio nos recuerda que esta ciudad fue también una de las más importantes del Imperio romano en Oriente. Aunque están bastante deteriorados, los relieves tallados en piedra narran hazañas militares que ocurrieron hace más de mil años.
Otro punto interesante es la Rotonda de Galerio, un edificio monumental que ha sido mausoleo, iglesia cristiana, mezquita y que hoy en día se utiliza como museo. Su enorme cúpula y los mosaicos que contiene en su interior convierten este edificio en una muestra clara de la diversidad cultural que ha marcado la ciudad durante siglos.
El ambiente auténtico del casco antiguo
Para los cruceristas que quieren sumergirse en el ambiente más tradicional de la ciudad, el barrio de Ano Poli —la Ciudad Alta—, que es una joya poco conocida pero sorprendente, no dudamos que les encantará. Situado en la parte norte de Salónica, Ano Poli es una de las pocas zonas que sobrevivieron al gran incendio de 1917, lo que explica su trazado irregular y su arquitectura de casas bajas, con balcones de madera y jardines escondidos. Recomendamos pasear y perderse por sus callejuelas empedradas, porque es casi como retroceder en el tiempo.
En este barrio podrás encontrar pequeñas iglesias bizantinas, tabernas familiares donde aún se preparan recetas tradicionales y miradores desde los que podrás contemplar toda la bahía. Las murallas que rodean Ano Poli, y especialmente el castillo de Heptapyrgion, también merecen una visita, no únicamente por la dimensión cultural, sino porque también ofrecen algunas de las vistas más impresionantes de la ciudad.
El contraste entre la parte alta, tranquila y casi bucólica, y el centro bullicioso de la ciudad, no hace más que reforzar la riqueza de Salónica como destino de cruceros que merece la pena visitar en una excursión a tierra. Es decir, que encontrarás una ciudad viva y auténtica, donde podrás ser testigo de cómo es el modo de vida de los habitantes de esta maravillosa ciudad griega.
¿Qué ver en una ruta rápida a pie?
Una de las formas más eficaces de aprovechar el tiempo en Salónica es realizar una ruta circular a pie desde el puerto. Tras visitar la Torre Blanca y recorrer el paseo marítimo, recomendamos que te dirijas hacia la Plaza de Aristóteles, la más grande e icónica de la ciudad. Proyectada tras el incendio de 1917 por el urbanista francés Ernest Hébrard, esta plaza abre una elegante perspectiva hacia el mar y está rodeada de edificios neoclásicos que hoy albergan hoteles, librerías, cafeterías y tiendas de diseño. Una de las zonas más atractivas que ver en Salónica, en Grecia.
Desde allí, una caminata hacia el norte permite reencontrarse con la Kamara, (la Rotonda de Galerio) y varias iglesias importantes, como la de Panagia Chalkeon, con su llamativa cúpula de ladrillo y sus bellos jardines. Si tienes más tiempo, merece la pena adentrarse en los callejones de Ladadika, un antiguo barrio portuario que hoy en día tiene mucha vida gracias a sus restaurantes y locales de música en directo. Aunque se suele visitar por su ambiente nocturno, también es muy agradable durante el día, ya que las fachadas de colores y su ambiente rústico pueden resultar muy atractivas.
La escala en Salónica puede disfrutarse con o sin guía, pero en los cruceros en familia o con niños que puedes reservar a través de nuestro buscador de cruceros, CrucerosMediterraneo, es muy recomendable contratar un guía para sacar el máximo provecho y conocer detalles que de otro modo pasarían desapercibidos. No obstante, si decides hacer la visita por tu cuenta, también podrás disfrutar de otras ventajas, como, por ejemplo, disfrutar de un ambiente más auténtico, tradicional y genuino.
Consejos prácticos y recomendaciones a tener en cuenta en Salónica, Grecia
Al tratarse de una ciudad bastante compacta y con clima mediterráneo, Salónica es fácil de recorrer siempre que lleves calzado cómodo, protección solar y ganas de disfrutar sin prisa. La mayoría de sus atractivos principales se encuentran a poca distancia unos de otros, por lo que no es estrictamente necesario recurrir al transporte público si planificas bien el recorrido. Eso sí, conviene tener en cuenta que algunos monumentos cierran al mediodía, por lo que es mejor comenzar haciendo turismo y dejar las compras o las degustaciones en los restaurantes para el final.
Hacer una parada para tomar un café griego, un frappé helado o incluso probar un dulce local como el bougatsa —relleno de crema o queso— puede ser el cierre perfecto antes de regresar al barco. Junto al paseo marítimo puedes encontrar gran cantidad de restaurantes que ofrecen menús rápidos, con pescado fresco, ensaladas tradicionales y que te permitirán disfrutar de unas maravillosas vistas al mar. En los alrededores del puerto también puedes encontrar mercados y tiendas de souvenirs, por si queda tiempo para una compra de última hora.
La ciudad es bastante segura, hospitalaria y, aunque no es tan conocida como otros destinos del país, como Atenas, Mykonos o Santorini, suele sorprender a los turistas. Y es que, si de algo no tenemos duda es que, incluso en pocas horas, esta ciudad griega sabe cómo enamorar a sus visitantes.
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