HORARIO: L · V 9h · 21h S 10h · 16h

Qué ver en Trieste durante tu escala de crucero

que-ver-en-trieste-durante-tu-escala-de-crucero

Llegar en crucero a Trieste supone descubrir una ciudad que a menudo pasa desapercibida en las rutas más clásicas del Adriático, pero que esconde unos encantos muy particulares que suelen sorprender a todas aquellas personas que ponen, por primera vez, un pie en esta ciudad como parte de una escala de crucero por la región del Mediterráneo central y oriental. 

Situada en el extremo noreste de Italia, a pocos kilómetros de la frontera con Eslovenia y Croacia, la ciudad de Trieste ha sido, durante siglos, un lugar de encuentro entre distintas culturas. Su arquitectura, sus cafeterías y restaurantes históricos y su excelente ambiente cosmopolita suelen ser un testimonio de un pasado en el que la ciudad formó parte del Imperio Austrohúngaro y se convirtió en un importante puerto comercial.

Durante una escala de crucero, el tiempo en tierra suele ser bastante limitado, pero suficiente para adentrarse en su casco histórico, disfrutar de sus amplias plazas abiertas al mar o dejarse seducir por sus rincones más pintorescos. En este artículo te vamos a proponer un recorrido con lo imprescindible que debes ver y hacer en Trieste, con paradas en sus monumentos más destacados, para que puedas aprovechar al máximo tu visita.

Pasear por el casco histórico de la ciudad

Si vas a visitar Trieste y no sabes qué ver, no cabe ninguna duda de que el mejor punto de partida suele ser su casco histórico. Aquí se encuentra la imponente Piazza Unità d’Italia, considerada la plaza marítima más grande de Europa y uno de los principales símbolos de la ciudad. Su majestuosidad reside en la amplitud del espacio, abierto directamente al mar Adriático, lo que le da una luminosidad y un encanto únicos en todo el mundo. 

La plaza está rodeada de edificios de gran valor arquitectónico, que combinan estilos neoclásicos, barrocos y vieneses. Entre ellos destacan el Palazzo del Municipio, con su torre del reloj como protagonista, el Palazzo del Lloyd Triestino y el Palazzo Modello. En el centro, la Fuente de los Cuatro Continentes, del siglo XVIII, recuerda el papel de Trieste como ciudad portuaria y multicultural. Pasear por este lugar es ideal para admirar sus construcciones históricas y actuales y, además, para entender la identidad cosmopolita de la ciudad.

El castillo de Miramare

Si estás pensando en qué hacer en Trieste más allá del centro, uno de los lugares que no te puedes perder es el Castillo de Miramare, situado a menos de seis kilómetros de la ciudad siguiendo la línea de costa. Construido en el siglo XIX por el archiduque Maximiliano de Habsburgo, este castillo de estilo neogótico se erige en un enclave privilegiado frente al mar.

Su interior está abierto al público, permitiendo recorrer las estancias privadas de los príncipes en la planta baja y las habitaciones de Estado en la planta superior. Sin embargo, lo que más suele atraer a los visitantes son sus jardines elevados sobre el mar, desde donde puedes disfrutar de unas vistas espectaculares del horizonte. Además, su salón del trono acoge actualmente conciertos y exposiciones, lo que te permite disfrutar de la dimensión cultural de la ciudad. 

La catedral de San Giusto Mártir

En lo alto de la colina que domina la ciudad, la Catedral de San Giusto Mártir es otro de los grandes atractivos que ver en Trieste. Su fachada de ladrillo rojizo y el gran rosetón gótico del siglo XIV funcionan como su carta de presentación. El templo se levantó sobre antiguos restos romanos y su forma actual procede de la unión de la iglesia de San Giusto y un santuario, lo que dio lugar a un edificio basilical de cinco naves.

En el interior llaman la atención los arcos de medio punto que descansan sobre columnas de época y los mosaicos del ábside, elaborados en el siglo XX. Muy cerca de la catedral se alza el Castillo de San Giusto, una fortaleza medieval construida en el siglo XV que hoy en día alberga un museo dedicado a armas históricas e historia local. Una visita doble que te permitirá adentrarte en el pasado religioso y medieval de la ciudad.

¿Qué ver en Trieste? El Teatro Romano

Siguiendo con el legado romano, otro espacio imprescindible es, sin lugar a dudas, el Teatro Romano, que fue construido en el siglo I d.C. al pie de la colina de San Giusto. Este edificio se conserva en un estado sorprendentemente bueno para haber sido olvidado durante milenios. En su día contaba con capacidad para unos 6.000 espectadores, y aunque hoy en día no se puede acceder a su interior, sí que lo puedes admirar perfectamente y sacar fotos desde la calle.

Este anfiteatro fue levantado en época del emperador Augusto y reformado posteriormente bajo Trajano. Desde la orquesta hasta parte del escenario (skene) siguen siendo visibles hoy en día, lo que permite hacerse una idea de cómo era la vida cultural de la antigua Tergeste, nombre romano de la ciudad. Descubierto en el siglo XIX y restaurado en el XX, se ha convertido en un lugar turístico de visita indispensable para aquellas personas que buscan lo mejor que ver en Trieste.

Las ruinas del Foro Romano

Otra parada obligatoria para los amantes de la historia es el Foro Romano de Trieste, ubicado también en el casco antiguo, junto a la Catedral y el Castillo de San Giusto. Aunque hoy en día se conservan sólo parte de sus columnas rojizas y restos de la basílica, este lugar fue en su momento la plaza central de la Trieste romana, y, por este motivo, estaba rodeada de los principales edificios públicos.

Descubiertas en excavaciones arqueológicas en la década de 1930, las ruinas del foro nos recuerdan los orígenes de la ciudad y cómo sobre estos cimientos se fue construyendo la Trieste moderna. Pasear por esta zona es casi como viajar atrás en el tiempo, y nos permite revivir la importancia que tuvo la ciudad en época imperial.

Más allá de los monumentos: el ambiente de Trieste

Además de sus monumentos, una escala en Trieste permite empaparse de su atmósfera cosmopolita. Los cafés históricos, como el famoso Caffè San Marco, conservan el encanto literario y cultural de principios del siglo XX, cuando escritores como James Joyce o Italo Svevo solían frecuentar sus salones.

Caminar por el paseo marítimo o detenerse en alguna de sus terrazas es otra manera de disfrutar de la ciudad. Y si dispones de un poco más de tiempo y no sabes qué ver en Trieste, el barrio portuario de Cavana, con sus calles adoquinadas y ambiente bohemio, es perfecto para perderse sin rumbo fijo.

En este punto merece la pena señalar que, si quieres planificar bien tu visita y conocer otras recomendaciones sobre rutas de crucero en el Adriático, en CrucerosMediterraneo encontrarás nuestro portal de cruceros, donde encontrarás la información práctica y actualizada que necesitas para consultar y planificar exactamente el viaje que realmente quieres vivir. 

Trieste es una ciudad que suele sorprender y enamorar a los viajeros que quieren descubrirla, aunque sea por unas horas durante una escala de crucero. Sus plazas abiertas al mar, sus castillos, sus vestigios romanos y su aire multicultural la convierten en una parada única en el Adriático.

Ahora que ya sabes qué hacer en Trieste, desde recorrer su casco histórico hasta disfrutar de las vistas desde Miramare o adentrarte en el legado romano, sólo queda dejarse llevar por sus encantos. Porque más allá de los monumentos, lo que hace especial a esta ciudad es su capacidad para integrar a los cruceristas como parte de la historia viva de esta espectacular ciudad.

Los comentarios están cerrados aquí.